Reportes de Vida

sábado, marzo 10, 2007

Hace unos días que ya no soy el mismo. He vuelto a mis mañanas y no he encontrado a nadie. Solo murmullos recordandome que no soy sólo de aquí. Que he debido volver cuanto antes. Como si algo dependiese de mi. Como si mi figura importase a alguien. Más allá de mi figura. Más allá de alguien.
Nadie ha leido mi reporte. Es un escritorio ignorado en la nube de tempestades de escritorios.
Es la misma nada en la lluvia de gotas vacías. En el asco de las gotas huecas.
Nadie me encontrará. Ni siquiera quienes más me conocen. Ni mi padre adoptivo, ni mis hijos adoptados. Sólo yo me encontraré en mi cama abrazado. Como furioso y rebelde en la noche interrumpida. Como en el día trastocado por tanta diferencia, por tanto absurdo que me ronda alrededor.
Soy salvaje. Perdido y salvaje. Ignorado y salvaje. Olvidado y salvaje.
Como a la deriva en tus carnes, sin encontrar la orilla para nadar hacia la salvedad.
Oscuro y sin disciplina. Salvaje y desordenado. He logrado hacer creer que soy distinto. Que puedo ser distinto.
Más quieto y controlado.
Menos salvaje
Menos de mi y más de lo que me falta.
Como engaños en la noche de tus ojos.